El Retiro es un lugar atrapado en el pasado, en el que la estaticidad de su fisionomía choca frontalmente con el continuo movimiento de la gente que lo recorre. La parcela objeto de trabajo se sitúa en una de las zonas menos transitadas del Parque; el objetivo principal es el de crear un foco de atracción que potencie la zona.
La gente va al Retiro y sabe de antemano dónde quiere ir y dónde no le interesa ir; es tanto espacio estancial como paso peatonal, pero escasas veces experimental en cuanto a sus codos. El lago es el pulmón turístico del Parque, y el sitio donde confluye el escaso dinamismo social. Otro objetivo a desarrollar en el proyecto es la creación casi forzosa dentro del Parque de un conflicto de intereses que movilice flujos.
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